Tristeza y decepción provoca la desafiliación del ‘Tibu’ en integrantes de la porra ‘Guardia Roja’
Fuente xeu deportes
La pasión de Rogelio Salazar Santos por el Club Tiburones Rojos de Veracruz nació en su alma y corazón hace 30 años, por lo que la desafiliación del equipo escualo por parte de la Federación Mexicana de Fútbol le provocaron sentimientos de tristeza y decepción, ya que el conjunto se quedará sin participar en el máximo circuito del balompié nacional.
El integrante de la porra “Guardia Roja” recuerda que su pasión por los Tiburones Rojos se trató de un amor a primera vista. Acompañó a unos primos a un partido Veracruz-Atlante al estadio “Pirata” Fuente en la temporada 89-90 y quedó impresionado del inmueble, el ambiente de la Tiburomanía, el juego del argentino Jorge Comas, al grado que a sus 11 años de edad se dijo: “Esto es lo mío”.
Sin embargo, atrás quedaron tres décadas de apoyar a los Tiburones Rojos tanto en el “Pirata” Fuente como en otros colosos del país.
Fueron tres décadas de alentar al conjunto escualo desde las alturas de las gradas del “Pirata” Fuente tanto en el máximo circuito del balompié como en la Primera “A” o liga de ascenso, así lloviera, tronara, relampagueara o se registrara un calor de los mil demonios o un nortazo.
Atrás queda el gusto de coleccionar las playeras deportivas de los Tiburones Rojos –unas 25 tiene en su haber-.
“Como aficionado, la verdad, es tristeza, decepción, decepcionante la forma en que terminó, para mí hubiera sido mejor descender (…) porque yo ahí seguiría en el fútbol y apoyaría al equipo, un descenso le hubiera hecho bien por lo menos”, expresó.
Rogelio consideró que los manejos malos de la directiva que encabezó Fidel Kuri Grajales llevaron a la desafiliación de los Tiburones Rojos de Veracruz, pero también las deudas añejas que no le correspondían a su administración sino a otros personajes, como Rafael Herrerías o Mohamed Morales.
Salazar Santos opinó que la Federación Mexicana de Fútbol abusó o estafó a Fidel Kuri Grajales al obligarlo a pagar seis millones de dólares para evitar el descenso de los Tiburones Rojos en mayo pasado, darle la oportunidad de que el equipo jugara los torneos Apertura 2019 y Clausura 2020 y, sin embargo, lo desafilió siete meses después por deudas a jugadores.
El integrante de la porra “Guardia Roja” advirtió que la desafiliación del conjunto jarocho tendrá un impacto en la economía local, ya que los juegos en casa generaban una derrama económica importante en Veracruz y Boca del Río, pues restaurantes, puestos de comida, vendedores de playeras, volovanes y demás, antros y hasta el transporte público resultaban beneficiados.
Finalmente, Rogelio no pierde la esperanza de que esta plaza cuente nuevamente con fútbol profesional en el corto o mediano plazo para que la afición reviente el “Pirata” Fuente, renazca la Tiburomanía, se escuchen los cánticos de aliento desde el graderío, que cada juego sea una algarabía, un carnaval, para que se mantenga la pasión en el equipo y, por qué no, ver a los Tiburones Rojos alzar una copa como campeones del balompié nacional.